jueves, 17 de noviembre de 2011

I believe i can fly



No vivimos. Rectifico; la mayoría no vivimos. Yo no vivo. No. No sabemos. Nos preocupamos tanto de la opinión de los demás que despreocupamos lo verdaderamente importante, el “yo”. Nos preocupamos tanto de las posibles vidas que podríamos llevar si hiciéramos esto o aquello, que despreocupamos lo verdaderamente importante, el hacerlo. Intentamos tanto encajar, buscarnos nuestro sitio en la sociedad, el ser aceptados, que nos despreocupamos de lo verdaderamente importante, el destacar. Cada uno de nosotros somos únicos e irremplazables y perdemos nuestra singular originalidad al zambullirnos en el turbulento mar de una sociedad esclavista y opresora que alinea con su absurdismo al que desentona.
Es realmente triste, y lo único que hacemos ante esta corrupción es soñar, soñamos con ser, soñamos con hacer, soñamos, soñamos, soñamos, y nos acabamos cayendo de la cama al descubrir que no tenemos los suficientes cojones para nadar a contra corriente.
Sinceramente, me niego. Si, que os jodan. Mando a tomar por culo a la sociedad, a esta muchedumbre de mierda que intenta hacernos fracasar y hundirnos en su lodo.
Por lo que permitidme deciros, que las únicas cadenas que me permito son las mías propias, las que yo me ato, y no las que me imponen. Permitirme deciros que aquí ay uno que luchará, porque soy consciente que mas allá de esta burda realidad que nos ciega, que os ciega, hay gigantes, si, hay personas, héroes, que viven por y para sentirse el corazón encogido en un puño al saltar al vacío, al enfrentarse a la imposibilidad, al plantarle cara a la limitación física humana y revelarse en contra de sus leyes. Porque hay personas que más que soñar, luchan, toman la espada y no se rinden hasta verse en el sitio donde quieren verse. Señores, esas personas son dignas de nuestra admiración pues han llevado la realidad humana a un plano sin límites y nos han hecho ver que somos tan sumamente grandes en nuestra insignificancia que es necesaria la existencia de una sociedad que absorba para que todo ese potencial sea encarcelado, y cedido únicamente al digno, al que dice “yo más, yo adelante, yo no me rindo”. Señores me quito el sombrero, si, por aquel que es lo que quiere ser, por aquel que su única barrera es el mismo. Y a vosotros, los conformistas, los cobardes y a los que se den por aludidos al leer mis palabras les digo, si, hundiros, hundiros hasta el cuello, hundiros hasta que ni siquiera os asome la cabeza, sumergiros en vuestro lodo, y no salgáis. Ese es vuestro sitio. Esa es vuestra casa, esa es la sociedad en la que queréis “encajar”.
Saludos a todos, desde aqui, uno que si quiere volar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario