domingo, 18 de diciembre de 2011

Miedo




Íbamos caminando por un sendero a través del bosque. El día anterior había sido realmente duro. El mas duro de mi vida, pero teníamos que seguir caminando. Yo estaba derrotado, pero el parecía como nuevo. Hacía tan solo 2 semanas que había conocido a aquel hombre y en ese periodo de tiempo ha estado mi vida en peligro mas veces de la que os podáis imaginar. Desde que salimos de la ciudad  me habían apuñalado 3 veces. Además me rompieron la nariz y tenia unas dos costillas rotas. Nos robaron todo nuestro equipaje. Nos perseguían. Habíamos resistido ya dos ataques, y no estaba muy seguro de que resistiéramos un tercero y aún nos quedaba mucho camino. Pero hay estaba el, ensangrentado, herido, pero erguido, imperturbable. Caminaba firmemente, y cuando me veía  flojear me tiraba de la manga para que no me detuviese. Cuando le conocí ya había oído historias sobre el en algunas tabernas. Historias, de un soldado, una guerra, deshonor, destierro y una venganza. Pero en aquel momento comprendí al diferencia entre las historias y la realidad; el miedo. Y el, infundía miedo. Y no porque fuera un monstruo extremadamente agresivo y despiadado, sino porque lo había visto enfrentarse a mas de diez hombres entrenados sin que tan siquiera le temblara el pulso, matándolos, uno a uno. Cuando blandía su espada y la hacia bailar cortando el aire y la carne hacia de la muerte algo incluso poético. Y eso era lo que hacia que irradiara miedo. No sé si me entendéis. Al verlo, parecía que para el, estar cubierto de sangre era tan normal como ir vestido. Asustaba tener al lado a alguien capaz de enfrentarse a la fatalidad con tanta serenidad. Si, eso es, su serenidad, era lo que hacia crecer el miedo. Os aseguro que no hay cuadro, ni canción, ni paisaje, que exprese mas serenidad que su rostro, que su porte, que sus gestos, que sus andares. Andares de alguien que ha hecho del miedo su más fiel aliado. Porque esa serenidad, infundía un miedo tan espeso que era capaz de untarse. Pero aún así, ese miedo no era como el miedo que sientes al estar al borde de la muerte, no. Es ese tipo de miedo que sientes al estar junto a algo que te desborda, como cuando piensas que puedes caerte y no vas a tener nada donde agarrarte, como cuando estas junto a algo superior, algo sobrehumano. En verdad el tenía algo sobrehumano, pero eso es otra historia.
Como os decía, seguíamos andando pero llegamos junto a una zona de rocas y decidimos parar un poco. Llevábamos horas andando y teníamos los pies destrozados. Bebimos y comimos unas hojas que habíamos recogido por el camino. Nos mantuvimos en silencio todo el rato. Con el aprendí entre otras cosas, que el silencio es algo tanto o mas valioso que las palabras.
Pero tenía una pregunta que me recomía por dentro.
-         ¿Cómo lo haces?- Le pregunté.
-         ¿Cómo hago el que?- dijo sin desviar su mirada de las hojas que iba a meterse en la boca.
-         Matar. Ya sabes, no tener miedo. Ayer, parecía que no te importaba estar apunto de morir.
-         He estado apunto de morir muchas mas veces que de vivir.
-         ¿Cómo lo haces?
-         Tengo miedo. Claro que lo tengo. Soy humano y el miedo es la sensación mas humana que existe. Somos tan insignificantes que hasta nuestras propias emociones nos asustan. Pero es el mejor mecanismo de defensa que existe. Y en eso lo he convertido.- se mantuvo de nuevo en silencio uno o dos minutos mas. Miró hacia el cielo, bajó la mirada, y clavó sus ojos en los míos. Tenia la mirada profunda, la mirada de alguien que había visto muchas cosas y me dijo.- Chico, si no tuviera miedo, no podría luchar así, es algo que nos mantiene en alerta, no te sientas peor por tener miedo porque la diferencia no esta en tenerlo o no tenerlo. La diferencia esta en usarlo en tu propio beneficio o dejar que te venza. El miedo pone a tu disposición las armas, armas que asustan, pero armas al fin y al cavo que necesitas para mantenerte con vida y tomarlas es tu decisión, pero claro, es una decisión que esta solo al alcancé de los fuertes, Los demás se hunden ante la posibilidad de ser mas.
-         Pero tu serenidad, no es normal de alguien que tiene miedo.
-         ¿Y que es lo normal en alguien que tiene miedo? El miedo te acelera el pulso, te agudiza todos los sentidos, no hay momento mejor para estar mas sereno que cuando tienes miedo. Mantenerte sereno es la herramienta que te permite sacarle partido. Pero bueno, yo he estado mas tiempo en las puertas de la muerte que tiempo llevo en este mundo. Es normal que afronte con serenidad la muerte, es una vieja amiga. Tu, no te juzgues, de momento intenta mantenerte con vida.
Desvió de nuevo su mirada, me hizo un gesto, nos levantamos, y proseguimos nuestro camino. Solo Dios sabia, la que me esperaba.

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