lunes, 9 de enero de 2012

La voz dormida





Y así sucedió. Salvó la vida. Sangró, pero sobrevivió. Y eso es lo importante. En momentos de crisis, poco importan las consecuencias, al menos, no se te ocurren consecuencias, solo quieres salvar el pellejo. Y hoy lo comprendo. Todos tenemos una voz interior, en lo mas profundo, escondida y a buen recaudo para no malograrse con la clase de moralidad que estorba, cuando la situación se tercia y demanda mancharse las manos y a veces, más que las manos. Todos tenemos esa voz, esa ira guardada, como una fiera enjaulada, salvaje, que espera a ser desatada. Esa ira creciente, exacerbada, imparable. Esa clase de ira que tiene la planta que acaba de salir de la semilla y no permite que la tierra la pare en su búsqueda de la luz. Esa clase de ira que tiene el pollo que lucha por romper su cascaron y tomar su vida. Imaginaos una voz dormida, una voz que siendo voz no pronuncia palabra alguna, a la que han callado y vendado la boca, una voz que apagada, se mantiene ardiendo en su interior, acumulando energía. Imaginaos esa voz al ser liberada, imaginaos su fuego al arder. Imaginaos su ira. Cuanto poder...

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